“How Do We Announce Peace?” by Gilberto Quesada Mora

April 18, 2021

pastel drawing by Martha Phillips

The Third Sunday of Easter

Our guest speaker this morning was Gilberto Quesada Mora, pastor of the Costa Rican Lutheran Church and director of the church’s Refugee Center. He spoke in Spanish, with Oswaldo Montoya providing an English translation at the end of each paragraph. Below is the text in Spanish and in English.

En medio de este contexto de pandemia y de nuevos casos, pero también de vacunas, vale la pena gritar muy fuerte Paz a ustedes…de la misma manera que Jesús lo dice a sus discípulos.

En este momento de la historia es muy difícil proclamar la paz, pues nuestro mundo está amenazado por todos lados tanto por Covid, pero también por la violencia, la desconfianza, la miseria, la corrupción y la destrucción progresiva del Planeta.

In the context of the pandemic, with new cases continuing but also with more people being vaccinated, it is worthwhile to shout out strongly, “Peace be with you!” … in the same way that Jesus greeted his disciples.

In this moment of history it is very difficult to proclaim peace, as our world is threatened on all sides not only by Covid-19 but also by violence, distrust, misery, corruption, and the progressive destruction of the planet.

En este tiempo de Pascua de Resurrección al celebrar en nuestras iglesias la resurrección de Jesús, ¿nos corresponde hacer la pregunta: cómo personas seguidoras de Jesús? ¿qué tipo de anuncio estamos haciendo

Las lecturas nos hablan de la experiencia de la Resurrección y de la promesa hecha por el mismo Jesús, de que somos herederos de los bienes adquiridos por él.

Como personas resucitadas, debemos ser anunciadores de paz, sabemos que decir paz en medio de este mundo tan afectado y desconfiado, es todo un reto, al igual que a Jesús, nos podrían confundir con espíritus, es decir con algo inmaterial.

Es necesario asumir el reto de anunciar la paz, es necesario ser personas de paz y anunciar la paz puede ser una actividad muy real y material, ya que, al ser mensajeros de paz, necesariamente debemos vivir en paz y creer en la paz.

Si no creemos en la paz, no podemos ser sus mensajeros y la paz debe ser un fruto de la Resurrección, resucitamos constantemente en acciones de paz y estas acciones pueden ser traducidas en solidaridad, oración, defensa de derechos, cuido del planeta, organización comunitaria, formación de liderazgos, en fin, hay muchas acciones que pueden ser equiparadas con la construcción de la paz.

La Iglesia Luterana en Costa Rica, acompaña poblaciones en alto riesgo, se realiza un trabajo integral de atención a personas migrantes y personas en condición de refugio, también a poblaciones de la diversidad sexual, a personas con VIH, a poblaciones indígenas, grupos de mujeres y en defensa de los derechos humanos de la niñez y la adolescencia, también trabajamos en acciones que ayuden en la justicia climática.

Hay otras acciones que los textos de hoy nos motivan a asumir: Jesús les dice a sus discípulos; tóquenme y vean…es necesario pensar en el cuidado de la otra persona, cuidar aun cuando estemos en pandemia, practicar el distanciamiento, no significa dejar de cuidarnos.

Pero también Jesús invita a comer, pide comida y seguro nos está recordando que la paz se construye al compartir la mesa, muchas personas han quedado sin comida a causa de la pandemia, hoy más que nunca compartir el pan se convierte en un gesto de paz, negar el pan, es un gesto de guerra, es urgente practicar el sacramento de la “comensalidad”.

Nuestra iglesia en Costa Rica, recibe diferentes ayudas de la cooperación internacional, de agencias de cooperación, pero también de iglesias, todas esas ayudas se distribuyen entre centenares de familias o personas que han perdido su trabajo y que al final, lo han perdido todo, agradecemos y bendecimos a cada iglesia hermana y cada persona que hace llegar su donación para que en Costa Rica sigamos acompañando a esas personas que viven en la periferia en total riesgo de perder sus vidas.

También el Resucitado se convierte en comunicador de buenas nuevas y lo hace recordando lo que está escrito, debemos ser capacitadores, el aprendizaje es un camino hacia la paz, la ignorancia es una violencia que debemos superar y ser personas resucitadas implica ser personas capacitadoras, instructoras, formadoras de liderazgos.

Este tiempo de Pascua nos invita a superar el pecado, superar el pecado significa, estar en plena libertad para anuncia la paz, y anunciamos la paz en la medida que nos comprometamos a trabajar para romper las ataduras del miedo, del odio, del hambre, de la enfermedad, de la soledad y tantos otros virus que hoy amenazan a la humanidad. Que la bendición de Dios sea con ustedes.

In this Easter season, as we celebrate the Resurrection of Jesus, it is up to us to ask the question: How are we following Jesus? What kind of announcement are we making?

The readings today speak to us of the experience of the Resurrection and of the promise Jesus made, that we are heirs of the good things obtained through him.

As resurrected people, we should be the announcers of peace, while knowing that to speak peace in this world so impacted and suspicious is a challenge: as with Jesus, people could mistake us for ghosts, or something without substance or unreal.

It is necessary to take on the challenge of announcing peace, and to be people of peace and to speak peace can be a very real and concrete material activity since, to be messengers of peace, we must necessarily live in peace and believe in peace.

If we do not believe in peace, we cannot be messengers of the peace that should be a fruit of the Resurrection. In our actions we continually resurrect peace, and these actions can be translated in solidarity, prayer, defense of civil rights, care for the earth, community organization, leadership formation. There are many actions that can be equated with building peace.

The Lutheran Church in Costa Rica accompanies populations at high risk, carries out an integral work of support to immigrants and refugees, also to LGBTQI communities, people living with HIV, indigenous populations, groups of women, and those working for children’s rights. We also work for climate justice.

There are other actions that the scripture readings today motivate us to take: Jesus said to his disciples, “Touch me and see … .” We must care for others, and the fact that we are still isolated in the pandemic does not mean that we stop giving care; it just means that we maintain precautions such as social distancing.

But Jesus also invites us to eat: he asks for food, and surely he is reminding us that peace is built on sharing the table. Many people remain without food because of the pandemic. Today more than ever, to share our food becomes a gesture of peace; to refuse such sharing is a gesture of war. It is urgent that we practice the sacrament of interdependence and cooperation.

Our church in Costa Rica receives aid from international organizations and agencies, but also from churches. All of this aid is distributed among hundreds of families and people who have lost their jobs and, in the end, have lost everything. We thank and bless each sister church and each person who sends their donation so that in Costa Rica we can continue to accompany those people who live in the periphery at total risk of losing their lives.

The Risen One also brings good news and reminds us of what is written: that we should be instructors, and teaching is a path to peace, while ignorance is a type of violence that we should overcome. To be a resurrected people implies that we are instructors, trainers, and formers of leaders.

This season of Easter invites us to overcome sin, which means to be fully free to announce peace. We announce peace in the measure that we together promise to work to break the bonds of fear, of hatred, of hunger, of disease, of loneliness, and such other viruses that today threaten humanity. May God’s blessing be with us.

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"The Good Shepherd" by Erica Lloyd
"Radical Interdependence" by Kolya Braun-Greiner and other members of the Earth&Spirit Mission Group